Programación Neurolingüistica (PNL): ¿Por qué cuesta tanto cambiar los hábitos de alimentación?
Por Carolina Miranda Rey
Desde pequeños aprendemos a sentir placer al comer y disfrutar esos momentos. Es tan así, que el bebé desde su nacimiento es feliz cuando su madre lo amamanta. Cuando tiene hambre se siente tan incómodo que su llanto se expresará con mucha fuerza y no parará hasta que comience a comer, aprenderá entonces qué hacer para alimentarse y lo hará varias veces al día en los momentos que sienta apetito.
En la medida que crecemos, vamos cambiando nuestras rutinas de alimentación. En el colegio tienes un calendario de actividades con horarios fijos y sabrás dónde almorzarás por día, luego en los estudios superiores o cuando ya estás trabajando se torna más difícil tener un lugar y horario predeterminado y puede ser que en los almuerzos fuera de casa no siempre tengas una alternativa que te guste, que sea accesible, que no requiera mucho tiempo y que además ofrezca alimentos saludables. Y para complicar las cosas, cuando regresas a casa terminas comiendo más de lo necesario lo que junto a los malos hábitos de consumo, la falta de ejercicios o la práctica de algún deporte y un metabolismo lento, inevitablemente incrementarán tus probabilidades de subir de peso.
Es entonces cuando llega el momento que no estás cómodo o cómoda con tu peso, ya sea motivado por condiciones de salud, comodidad o por estética, y decides bajar unos kilos, pero te das cuenta de que esto no es tan fácil. Es posible que logres perder unos kilos con un tremendo esfuerzo, pero en el tiempo vuelves a recuperarlos y en definitiva el resultado final te frustra. De este modo nos damos cuenta que existen cambios en nuestro comportamiento que no logramos concretar de manera efectiva, sobretodo cuando el propósito es lograr un cambio más rotundo cómo lo son nuestros hábitos de alimentación.
Puedes haber muchas explicaciones de este comportamiento humano y en esta oportunidad me basaré en la que entrega Richard Bandler, psicólogo, matemático e informático, y John Grinder, anglicista y lingüista, ambos estadounidenses con su modelo integrador de Programación Neurolingüística (PNL), modelo que nace de la investigación que ellos realizaron junto a cuatro líderes que lograron ser muy exitosos en el campo del tratamiento psicoterapéutico californiano: Fritz Perls, el gestáltico; Gregory Bateson, de Palo Alto; Virginia Satir, sistémica familiar; y Milton Erickson, hipnoterapéuta seguidor de los trabajos fenomenológicos interpretativos del “como si” de Vainhinger.
En la PNL la letra P hace referencia a Programación como “proceso de organización de los componentes del sistema de las representaciones sensoriales, con el fin de obtener resultados específicos”. Plantea que desde nuestro nacimiento vamos construyendo todo tipo de esquemas o programas por reacción al medio en el que nos movemos, al temor, al sufrimiento, al placer, etc. Estos programas quedan “grabados” y nos permiten después de repetirlos varias veces vivir y actuar de manera espontánea. Algunos aprendizajes seguirán siendo favorables como cuando los adquirimos, pero otros ya no tendrán un efecto positivo, sin embargo, seguirán allí y obstaculizarán nuestro progreso.
La letra N considera el concepto Neurológico y concierne al tratamiento que damos a través del sistema nervioso a los datos tanto internos como externos que recibimos. El ser humano tiene más de 100.000 millones de neuronas y billones de nexos inter-neuronales, donde su función es transcribir los datos que recibimos. Este sistema nos sirve para adquirir y estructurar un conjunto de percepciones que captamos a través de nuestros cinco sentidos, a los que se suman nuestras emociones más otros procesos internos. Nuestro sistema de “programación”, depende de la calidad y cantidad de nuestro sistema de redes. Allí es donde se convierten en experiencias de referencia que refuerzan o desorganizan nuestro sistema de creencias.
Y la letra L “alude a que, a través del lenguaje y los sistemas de comunicación, los procesos nerviosos son representados, ordenados y secuenciados en forma de modelos”. En palabras de Lacan, “lo inconsciente está estructurado como un lenguaje”. Así, la estructura de percepción y representación que tenemos del mundo, de lo que vivimos y de lo que creemos lo expresamos con nuestro lenguaje verbal y no verbal. La PLN parte de este gran supuesto y es que el cada persona bosqueja el mundo de acuerdo a sus mapas mentales que explican la subjetividad humana respecto de la relación con la realidad. Esto porque dos personas pueden vivir el mismo momento pero lo percibirán de acuerdo a sus propios mapas mentales.
Cada persona interactuará en el mundo de acuerdo a lo que percibe, gracias a sus cinco sentidos y de acuerdo a sus mapas mentales construidos desde que nace, como un producto de sus propias experiencias y aprendizajes. Ahora, ¿cómo construye cada persona sus mapas mentales? Lo hace mediante tres mecanismos: la generalización, la eliminación y la distorsión. Sus autores los definen como:
1.“Generalización es el proceso mediante el cual ciertos elementos o partes de un mapa personal se disocian de la experiencia original para, a continuación, conformar la categoría de la que dicha experiencia es un ejemplo”. Es decir que a partir de una o varias experiencias generamos ciertas reglas generales para simplificar nuestra vivencia y aprendizaje. Por ejemplo, una persona separada indicará que casarse no es una buena decisión.
2“La Eliminación es un proceso mediante el cual dirigimos nuestra atención hacia determinados aspectos de nuestras experiencias y excluimos otros. La eliminación reduce el mundo a las medidas que consideramos manejables”. La realidad que percibimos es afectada por nuestra disposición y conocimientos y de manera natural eliminamos aquella información que no consideramos importante. Ejemplo, una persona tiene una entrevista on-line el lunes siguiente y acepta contento y olvida que ese día estará en la playa y no considera la posibilidad que en esa zona la conexión 4G no funcione y tenga una mala entrevista.
- “La Distorsión es el proceso que nos permite efectuar una transformación de los datos sensoriales que nos proporciona la experiencia”. Cuando recordamos cambiamos la realidad, en algunas ocasiones esto puede ayudar y en otras no. Ejemplo: Una muchacha que es mal tratada por un jefe autoritario no considerará que sea así. Esto porque desde pequeña recibió el mismo trato de sus padres.
Los mecanismos de generalización, eliminación y distorsión se basan en 4 factores que están relacionados entre sí: creencias, valores, representaciones pasadas y futuras, y metaprograma (programa impreso en nuestra conciencia, sinónimo de temperamento).
Al revisar los fundamentos de la PNL nos damos cuenta que para generar un cambio en nuestro comportamiento se requiere de un esfuerzo mayor para programarnos y hacerlos efectivos y permanentes en el tiempo. Las creencias y valores que sostienen nuestra manera de actuar serán fundamentales y, como vimos, si bien lo que creemos puede habernos servido en algún momento de nuestra vida es posible que hoy no sea así para lo que queremos lograr. La dificultad se produce cuando el cambio en el comportamiento no tiene una creencia real que lo sustente, ni considera un trabajo duro para incorporarlo, ni la conciencia de cuál es nuestra motivación real para incorporar un nuevo hábito que nos beneficie. Veamos un par de ejemplos:
– Este es el caso de un hombre de 45 años que tiene antecedentes familiares de diabetes y de sobrepeso y que tiene la posibilidad de desarrollar estas condiciones pero elimina esta información de su mapa mental pues la considera irrelevante producto que a la fecha no ha tenido ninguna consecuencia. Es altamente probable que no haga cambios en el tiempo y continuará con unos kilos demás y fumando.
– Una joven con sobrepeso y que está entusiasmada con un chico a quién quiere impresionar. Ella quiere bajar de peso y tiene la creencia que más delgada se ve más atractiva. Esto es un gran incentivo para perder de peso. Y le preguntamos ¿Por qué quieres bajar de peso? Y responde: “para conquistar a Sebastián”. Si su motivación es el chico corre el riesgo que si el chico no la considera habrá desaparecido el incentivo y no logrará perder peso. En cambio si su respuesta hubiese sido: “Porque más delgada me veo y me siento mejor, así que quiero cambiar mi manera de alimentarme”, aquí hay un cambio que depende de ella y es la valorización de sí misma.
– Un mujer de 35 años con resistencia a la insulina decidida a tener una vida saludable y a cuidarse ha tratado de mejorar sus hábitos de alimentación y no ha podido. Trabaja 9 horas diarias y le cuesta mucho comer sano con el apuro del día a día. Si en el fondo ella cree que no va a poder esto será una profecía auto-cumplida y se boicoteará sola en el intento y no lo logrará. En cambio si está decidida y confiada va a poder todos sus sentidos y atención en este objetivo y, es tan así, que cuando una compañera de trabajo comentó que conocía a una excelente nutricionista, ella le pidió el dato y coordinó una hora. Nuestra mente es selectiva y buscará las oportunidades que se alineen con lo que nos hemos propuesto y de alguna manera ayudaremos a que nuestros objetivos se cumplan.
Hacer cambios son en sí un desafío y más cuando llevamos años haciendo las cosas de una manera. El tener esta conciencia te ayudará a seguir adelante y entender que si bien es posible realizarlos su proceso no necesariamente será fácil o repentino sobretodo cuando se trata de dejar algo que nos causa placer como lo es el comer.
Si te has propuesto cambiar tu alimentación será necesario logres mantener un equilibrio, hacerlo paso a paso, declararlo verbalmente, programarte con actividades que sustenten ese nuevo comportamiento en el tiempo, poner foco, solicitar ayuda de otros, ya se familia y/o profesionales, ser cariñoso contigo mismo sobretodo en los momentos difíciles, asumir que el comienzo será un poco duro, pero con perseverancia, repetición, esfuerzo y decisión lograrás lo que te has propuesto hasta que el nuevo hábito sea más potente al que tenías con anterioridad. Y ¿qué ayudará a mantener esto en el tiempo? Será fundamental que las nuevas acciones las sigas repitiendo y fortaleciendo para que sigan contigo.
Es así siempre cuando se trata de ti se requiere fuerza, cariño y decisión. Confiamos vas a poder.
Un abrazo
Carolina Miranda Rey
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